La Policía que Cuida que el Dinero no se Vaya, pero de sus Manos.

La Policía que Cuida que el Dinero no se Vaya, pero de sus Manos

Recientemente, la Dirección de Seguridad Pública implementó el operativo de El Mal Fin 2023 en las zonas de Fraccionamientos y en la cabecera municipal. Este operativo se caracterizó por realizar diversos recorridos de proximidad social, un esfuerzo que en teoría debería ser un avance hacia la seguridad en la comunidad. Sin embargo, al observar la ejecución de dicho operativo, no se puede evitar cuestionarse el verdadero propósito de estas patrullas en las zonas comerciales.

Es interesante notar que en lugar de enfocarse en los verdaderos focos rojos de la violencia, como lo son el transporte público y las casas habitación, los elementos de la policía se centran en áreas de alta circulación, como tiendas y comercios. El modus operandi parece ser claro: cuidar lo que deja dinero, no lo que realmente necesita protección. Los patrullajes en las tiendas de cadena son comunes, pero ¿dónde están cuando se trata de atender las constantes denuncias de asaltos o muertes en áreas más vulnerables? ¿Es este el tipo de seguridad que se nos promete?

Policías y el gerente de Mortalika

Cuando la protección se convierte en negocio... ¿quién cuida lo que realmente importa?

La Policía: ¿Un Aliado de los Comerciantes?

A lo largo del operativo, los elementos de seguridad pública parecían estar más interesados en hacer rondas por tiendas de prestigio como Elektra, en lugar de estar vigilando las zonas donde realmente se producen los crímenes. ¿Será que los elementos de la policía también buscan una tajada del “pastel” en vez de cumplir con su labor? En muchas ocasiones, se observan patrullas estacionadas en la entrada de los comercios, como si estuvieran más preocupados por la seguridad de los gerentes que por la seguridad de los ciudadanos. Los operativos de seguridad en estos establecimientos parecen más una medida de control social, donde se velan intereses privados, que una estrategia para proteger a la comunidad.

Esta situación es aún más llamativa cuando se considera que la policía no se ve con la misma frecuencia en zonas donde ocurren asaltos a mano armada, robos en transporte público o incluso en las casas habitación. Aquí, la promesa de protección se desvanece, mientras se prioriza un modelo que se enfoca más en mantener los ingresos de los comercios que en brindar seguridad real.

Patrulla frente a Bodega Aurrera

Protegiendo el estacionamiento del supermercado... pero ¿qué pasa en las calles?

¿Quién Cuida a la Comunidad Realmente?

El problema de fondo radica en la desconexión entre la policía y la comunidad. La presencia de la policía en tiendas como Bodega Aurrera no es una respuesta a la creciente inseguridad, sino un intento de cubrir la imagen con un operativo mediático que no aborda las causas reales de la delincuencia. Es como si la autoridad se enfocara en lo visible, en lo que puede ser captado por los ojos de los turistas y los empresarios, pero no en lo que realmente afecta a la ciudadanía.

¿Acaso la seguridad de un municipio no debería estar dirigida a quienes lo habitan a diario y no solo a los consumidores que dejan dinero en las tiendas? La falta de presencia en lugares más necesitados de vigilancia es una clara muestra de cómo se han desviado los recursos destinados a la protección pública. Si la policía se concentra en zonas comerciales y no en los lugares donde las personas están siendo atacadas, ¿qué tipo de seguridad se está ofreciendo?

Policías y hostess en Bodega Aurrera

¿Seguridad o ligue? Mejor no preguntar...

¿Trabajo de Protección o Simplemente una Excusa para Evitar el Trabajo?

Como si fuera poco, algunos de los elementos de seguridad no parecían estar tan preocupados por patrullar o asegurar la zona, sino por aprovechar su tiempo para otras actividades menos relacionadas con su labor. Las imágenes de policías en plena plática con personal de tiendas, en lugar de estar atentos a su entorno, no hacen más que evidenciar una falta de compromiso real con la seguridad de los habitantes. ¿Es este el tipo de “operativo” que justifica una mayor inversión en recursos humanos y materiales? ¿O es simplemente una excusa para no hacer nada y salir en las fotos del operativo?

Oficial comiendo donas en Bodega Aurrera

¿De vigilancia? Claro, el usual comandante come donas disfruta su refrigerio charlando con los empleados...

Conclusiones: ¿A Quién Sirven Realmente?

En conclusión, el operativo #BuenFin2023 y otros similares parecen estar más enfocados en crear una ilusión de seguridad para la comunidad y los turistas, que en atender los verdaderos problemas de seguridad que aquejan a Zempoala. La policía, en lugar de ser un brazo protector de la ciudadanía, parece convertirse en un agente más del sistema económico, cuidando lo que deja dinero en lugar de lo que realmente necesita protección. La seguridad no debería ser una fachada para cumplir con intereses comerciales, sino una prioridad para proteger a todos los ciudadanos sin distinción.