El JJ Hernández en Zempoala: redes ocultas y corrupción municipal

 “El JJ” Hernández en Zempoala: redes ocultas y corrupción municipal

J. Jesús Hernández Juárez (nacido en 1983), conocido localmente como “JJ Hernández”, es un político priista que fue alcalde constitucional de Zempoala (Hidalgo) durante el trienio 2021–2024. Su candidatura en 2020 fue promovida por el PRI, destacando su promesa de impulsar seguridad, empleo y servicios básicos en el municipio.

El JJ en alianza y vecindad. (imagen cortesía de J. Jesús Hernández Juárez, Facebook). 


A lo largo de su mandato, su imagen pública se asoció con grandes anuncios de obra: por ejemplo, el ex-gobernador Omar Fayad destacó inversiones estatales por más de 670 millones de pesos en 88 obras públicas en Zempoala durante su administración, en presencia del alcalde Hernández Juárez. En terreno político, ya desde 2020 se le mencionaba como un líder local con fuerte arraigo en la comunidad, particularmente en su localidad natal (San Juan Tepemazalco y la comunidad de San Gabriel Azteca). Sin embargo, en los últimos años Hernández cambió al autodenominar su bloque municipal como “Grupo Plural Independiente”, alejándose formalmente del PRI, aunque la prensa reportó que el grupo que llegó bajo siglas priistas en la alcaldía mantenía intactas sus conexiones clientelares.

Vista aérea del acueducto del Padre Tembleque (Zempoala), patrimonio histórico de la región (imagen de dominio público cortesía de UNESCO, licencia CC BY-SA 3.0 IGO). Detrás de estas imágenes turísticas se esconde otra realidad: vecinos denuncian que en esas comunidades operan redes clientelares vinculadas al poder local.



Gestión municipal (2021–2024): obras y controversias

La administración de Hernández Juárez fue señalada por opositores y medios críticos por una fuerte carga de irregularidades y autoritarismo. Aunque se realizaron obras viales y sociales mediocres, informes periodísticos revelan que la transparencia fue mínima. Una investigación reportó que la Auditoría Superior del Estado de Hidalgo (ASEH) documentó “gastos no comprobados en innumerables partidas, sobre todo vinculadas a la obra pública, además de detección de doble contabilidad y ‘pellizcos’ a todas las partidas” durante ese trienio. Es decir, se denunció formalmente desvío de recursos y “negocios” dentro de la alcaldía. 

En lo social, el estilo de gobierno se describió como despótico y represivo. Medios locales relataron que la presidencia municipal se convirtió en un lugar de excesos, con fiestas y bebidas alcohólicas al interior de oficinas públicas. Diversas fuentes mencionan un problemático perfil personal: Hernández fue retratado como alguien con “un problema patológico de alcoholismo que no puede ocultar”, llegando incluso a ausentarse a actos oficiales (por ejemplo, no asistir a clausuras escolares) debido a su adicción. Este comportamiento irregular fue objeto de videos virales y críticas sociales. 

En el ámbito público, su gabinete municipal estuvo implicado en escándalos graves: se denunció violencia de género (un funcionario golpeó a su ex-pareja durante eventos públicos) y uso clientelar de la policía. Todo ello alimentó un ambiente de miedo. Un medio de opinión llegó a resumir la gestión de Hernández Juárez como un período de “corrupción, autoritarismo, represión e impunidad”. Este escenario incluyó presuntas redes de complicidad: se habló de “halcones” (vigilantes leales) desplegados en la cabecera municipal para amedrentar opositores. De hecho, críticos señalan que los seguidores de Hernández operaban en zonas clave para proteger intereses del grupo gobernante. Por ejemplo, se menciona que sus allegados se mueven en la comunidad de San Gabriel Azteca –lugar natal del alcalde– “…para proteger sus inmuebles” y hostigar a opositores, consolidando así el control territorial en esa zona.

Los regidores de oposición denunciaron también falta de transparencia: información clave sobre contratos y compras quedó oculta. Los medios reconstruyeron que se construyeron viviendas y negocios para prestanombres del edil, y que ni él ni sus allegados registraron sus bienes debidamente en las cuentas públicas.

En resumen, aunque oficialismo publicitó inversiones millonarias (como los anuncios de infraestructura), investigaciones apuntaron a irregularidades generalizadas en licitaciones y ejecución de obra, lo que alimentó acusaciones de clientelismo y malversación


La Capilla de San Juan Tepemazalco (Zempoala) decorada durante fiesta patronal (foto: Kokobush, CC BY-SA 3.0). Bajo sus tradicionales adornos se gesta un tejido político: vecinos afirman que en fiestas y reuniones comunitarias se fraguan alianzas ocultas entre actores locales. Críticos incluso han ironizado que tras estas celebraciones también se “bendicen” tratos oscuros del poder.



Redes de poder local y control territorial

La influencia de “el JJ” Hernández se extendió más allá de la oficina municipal oficial. Según testimonios recopilados por la prensa crítica, Hernández forjó alianzas discretas con grupos influyentes en la región. Su autoritarismo creció con la complicidad de autoridades estatales: tras el triunfo de Morena en Hidalgo (con Julio "El Nene Consentido" Menchaca) fue evidente un pacto de impunidad. Por un lado, se reportó que Francisco “Paco” Sinuhé Ramírez (hoy alcalde por Morena) habría acordado mantener en el poder a Hernández detrás de escena. En este sentido, observadores políticos señalaron su colaboración: fotografías recientes lo mostraron sonriente junto a Sinuhé, lo que generó suspicacias sobre acuerdos tras bambalinas. 

Los vínculos de Hernández también se remontan a dinámicas gremiales: en 2024 su alcalde era parte de un grupo de expriistas ahora autónomos, pero sus cercanos incluían miembros de estructuras sindicales magisteriales y de agricultura local. En particular, la comunidad de San Gabriel Azteca cobró importancia simbólica: es la cuna de Hernández y allí concentra familia e invernaderos que el grupo quiere proteger. De hecho, un conflicto ejidal reciente en San Gabriel Azteca (vinculado a las tierras rurales del municipio) escaló con presiones contra campesinos simpatizantes de grupos opositores al PRI y MORENA, lo que se atribuye a secuaces del ex alcalde buscando intimidar críticos. La prensa local reportó episodios de “intimidación” en ese conflicto agrario, subrayando que la tendencia de los seguidores de Hernández es cuidar allí lo que llaman “sus inmuebles” y frenar cualquier disidencia al gobierno municipal. Así, el control territorial se articula en lo económico (protección de negocios agrícolas) y en lo político (represión de opositores) en ciertas comunidades rurales. 

En lo partidista, Hernández ha pasado de priista a autoidentificarse independiente, pero su grupo (“Grupo Plural Independiente”) continúa operando con métodos clientelares típicos del viejo régimen. Organismos ciudadanos han documentado que a cambio de favores y obras comunitarias (como introducciones de pavimento o electrificación) muchos votantes recibían beneficios directos en épocas electorales. Esta red de lealtades brindó la aparente base social que sostuvo su mandato, mientras se ocultaban mecanismos de manipulación y compra de votos con reparto de apoyos municipales.


“Secretario particular” fantasma en la nueva administración

Con el arribo de Paco Sinuhé Ramírez (Morena) en septiembre de 2024, surgieron rumores de que Hernández no se retiraría del poder municipal, sino que ocuparía un puesto bajo cuerda. Una investigación independiente denunció que, justo un día antes de la toma de posesión de Sinuhé, en el portal oficial del Ayuntamiento apareció una entrada que nombraba a Jesús Hernández como “Secretario Particular Interno Municipal” del nuevo alcalde. Sin embargo, al poco tiempo la página fue retirada y reemplazada por un mensaje de “página en mantenimiento”. Esta maniobra generó suspicacias: vecinos y activistas interpretaron la aparente designación como un cargo inventado para mantenerlo en la nómina gubernamental sin estar declarado abiertamente. 

No existe constancia pública ni en directorios oficiales de que Hernández haya sido presentado ante cabildo u organismo alguno como funcionario de Sinuhé. En cambio, recortes de prensa y redes sociales mostraron fotografías del exalcalde rodeado de los nuevos funcionarios municipales, como si fuera parte del gabinete. Analistas locales concluyen que Hernández opera como un “hombre fuerte en la sombra” del ayuntamiento 2024–2027, usando un título genérico (“Secretario Particular Interno”) no previsto en la estructura orgánica, para pasar desapercibido. Este caso ejemplifica los recursos digitales para ocultar favoritismos: el repentino “mantenimiento” del portal municipal tras publicar su nombre sugiere que se borró evidencias en la web oficial. 

Hasta la fecha no hay documentos oficiales públicos que confirmen la existencia formal del puesto en el organigrama. Tampoco se anunció ante medios una integración del equipo de Sinuhé con el exalcalde. Por ello, las referencias a Hernández en el gobierno morenista son de carácter testimonial o fotográfico, más que administrativas. Sin embargo, su constante presencia oculta en eventos de la actual administración y declaraciones de aliados políticos sugieren que ejerce influencia considerable, aunque sin título visible. Observadores independientes califican esto como un caso de poder fáctico encubierto, apoyado por las estructuras de comunicación oficial que, al borrarse antecedentes en línea, dificultan el rastreo de su papel real.


Mecanismos de encubrimiento informático

Esta historia de cargos ocultos y remoción de contenidos evidencia el uso de mecanismos digitales para camuflar la información. El sitio web del Ayuntamiento de Zempoala –gestionado por la Oficialía Mayor– ha recurrido en varias ocasiones a la figura del “mantenimiento” cuando surge contenido incómodo. En especial, el apartado de Gobierno o el directorio de funcionarios mostró intermitencias durante fechas claves (por ejemplo, semanas posteriores a septiembre de 2024). Usuarios de redes detectaron que tras subirse brevemente la mención de Hernández en la nómina del alcalde, esa sección fue bloqueada bajo pretexto de mejoras, sin que jamás volviera a mostrarse públicamente. 

Asimismo, llamadas “páginas caídas” o documentos faltantes se repiten. Activistas han levantado capturas de pantalla de páginas que luego desaparecen. Un caso citado fue el Excel del presupuesto municipal: circuló una versión preliminar con su nombre, que luego fue retirada de la sección de transparencia. Estas acciones dan pie a sospechas de que se eliminan registros para borrar rastros. Por contraste, otras figuras del gabinete sí permanecen visibles en todos los documentos oficiales (tesorero, síndicos, directores), reforzando la idea de que Hernández se mueve fuera de marcos administrativos formales. En términos prácticos, esta “depuración” digital de información crea una zona gris institucional: el control de la narrativa queda en manos del Ejecutivo y su equipo de informática, limitando la fiscalización ciudadana. Todo ello refuerza las críticas de falta de transparencia y refuerza la desconfianza en la nueva gestión municipal.



Para rematarla

La trayectoria política de J. Jesús Hernández en Zempoala ilustra un patrón de poder clientelar más que institucional. Desde su ascenso como candidato priista hasta su papel velado en el actual gobierno municipal, persiste un esquema de manejo autoritario: pactos de impunidad con las nuevas autoridades, uso discrecional de recursos públicos y redes de lealtades enquistadas en lo local. Las investigaciones periodísticas recopiladas muestran un funcionario que transitó del puesto visible de alcalde a un influenciador encubierto, manteniendo de hecho el control tras bambalinas. El retrato que emerge es el de un operador político hábil en usar estructuras informales: cuotas de poder, amistades con fines mutuos y hasta trucos digitales (borrado de evidencias web) para sostener su influencia. 

Este reporte se basa en fuentes periodísticas independientes y documentos oficiales disponibles. Ningún dato aquí es invención del redactor; todas las acusaciones son hallazgos reportados por medios locales e instancias auditoras. Asimismo, el tono crítico –sin ser difamatorio– enfatiza la responsabilidad pública de estas figuras. La conclusión es clara: lejos de haber cerrado su ciclo político, Hernández supuestamente siguió activo tras bambalinas en la administración actual, condicionando decisiones municipales desde un puesto “fantasma”. La transparencia y rendición de cuentas en Zempoala sufrirían si persistieran estas prácticas clientelares, por lo que queda abierta la exigencia de aclaraciones oficiales y auditorías exhaustivas en el próximo informe de gobierno. 


Fuentes

Este reportaje compiló información de medios locales verificados y archivos públicos. Destacan reportajes de Effetá, Paradigma Hidalgo, y el análisis independiente LoQueNosMata. Las imágenes ilustrativas son de Wikimedia Commons (Creative Commons): acueducto del Tembleque, usadas con fines informativos y de crítica social. Cada referencia sigue las citas de rigor para respaldo documental.

Citaciones